Una corona dental es una cofia con forma de diente que reemplaza una pieza normal sobre la encía.

Las coronas se colocan para soportar un diente débil o hacer una pieza dental que se vea mejor.

Estas son los tipos de coronas:

Coronas dentales metálicas: son fabricadas en diferentes metales como en cromo, oro, níquel o paladio. Una de las características o ventajas de los materiales metálicos es su fuerte resistencia al desgaste. Son muy duraderos, aunque no muy estéticos. Suelen utilizarse por este motivo en dientes que no están muy a la vista y con los que se realiza la masticación.

Coronas dentales de porcelana sin metal: el único inconveniente de este tipo de coronas es que no son muy resistentes. Su principal ventaja es que se adaptan muy bien al color natural del diente. Por este motivo son utilizados para reemplazar los dientes más visibles y con los que menos se mastica. Son perfectos para las personas que son alérgicas al metal. Se están logrando muchos avances para prolongar su duración.

Coronas de metal porcelana: este tipo de coronas dentales intenta aunar las ventajas de los anteriores tipos de coronas. Combina la resistencia y dureza del metal junto a la estética de la porcelana. Es una solución perfecta para sustituir cualquier tipo de diente sin tener que tener en cuenta su posición en la boca o el uso que se le da. La parte metálica queda en la parte inferior y sobre ella se coloca la porcelana.

Coronas dentales de circonio: son las que mejor resultado estético ofrecen, pero no son muy resistentes.

Artículo creado con información de medlineplus.gov.